El velorio de un padre: Piero Lascia.
Las dos mitades de su familia despidiéndolo. Juntos, pero separados: en un cuarto sus hijos de San Juan, a los que abandonó cuando eran chicos, en el otro sus hijos de Buenos Aires, a quienes tuvo con su nueva mujer.
Cada una de las dos mitades sabe de la existencia de la otra…pero no saben mucho más.
Eso sí: algunos quieren saber, algunos en el fondo siempre supieron, algunos sabrán a partir de acá…
Casi no se conocen, pero eso no quiere decir que no se parezcan.
Junto a este padre, muchas cosas empiezan a morir… y otras tantas están a punto de nacer.
Ante el silencio definitivo de la muerte, la sangre, siempre…grita.
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